Inversión social, la veta a explotar de la filantropía

Escrito por Gonzalo Conesa. Publicado en Filantropía

El sector de la filantropía empresarial y la inversión social en Europa ha experimentado una significativa evolución en los últimos tres años, tanto cuantitativa como cualitativamente. Los instrumentos de inversión se han vuelto más sofisticados y, a su vera, el impacto social generado ha sido mucho mayor.

Eso es lo que se desprende de la encuesta que el pasado 3 de marzo publicó la ‘European Venture Philantropy Association’ (EVPA), una entidad sin ánimo de lucro que aúna más de 160 organizaciones o empresas que practican inversiones de carácter social o están interesadas en ellas. Proceden de 22 países diferentes y de diversas ramas como inversión social, capital riesgo, fundaciones, entidades financieras, instituciones académicas y consultoras. Doce de ellas son españolas: BBVA, Fundación Creas, Invest for Children, el Centro de Nacional de Investigaciones Oncológicas y la Fundación Pasqual Maragall entre otras.

Las política de austeridad económica que recorre Europa de punta a punta y sin excepción parecía ofrecer el pretexto perfecto para catalogar de prescindibles todos aquellos fondos destinados a organizaciones con fines de mejora social. Sin embargo, la cantidad media destinada por cada fundación o empresa pasó de 4.1 millones de euros en 2010, a 5.2 en 2011. Un crecimiento del 27 por ciento.

Los datos recogidos también revelan mejoras en varios apartados durante 2012, como la medición del impacto de las inversiones y la rapidez con que se materializan. Las subvenciones, aún siendo todavía un instrumento utilizado con asiduidad por los organismos encuestados (un 56 por ciento) se han visto ligeramente superadas por la financiación a medida. Como señala al respecto Lisa Hehenberge, directora de investigación de EVPA, en una entrevista concedida a 'Compromiso RSE', "el objetivo del inversor de este tipo de financiación no es generar dinero, sino conseguir un impacto social, aunque si se generan beneficios se reinvierten en ésa u otra organización".

Educación y salud, las más beneficiadas

De la encuesta también se desprende que los miembros de EPVA han asumido un rol cuanto menos arriesgado desde de un punto de vista empresarial, pero totalmente acertado desde el prisma filantrópico, puesto que han destinado la mayoría de sus inversiones a pequeñas organizaciones con poco bagaje a sus espaldas. Las más necesitadas en definitiva. La educación y la salud, con un 15 y un 20 por ciento del total de los fondos recibidos, son las áreas más beneficiadas, mientras que geográficamente, el grueso de la actividad inversora se centra en Europa Occidental con un 61 por ciento y África con un 24. El tercer lugar lo ocupa Asia con un 9 por ciento.

A pesar de que muchos de los datos recogidos en este informe indican una tendencia positiva, la EVPA ve necesario que los organismos dedicados a la filantropía empresarial y a la inversión social aumenten en número y recursos. En la mayoría de los casos, el presupuesto anual de cada uno de ellos no pasa de los 2.5 millones de euros.

El concepto de ‘Venture Philantropy’ nació a finales de los 90 cuando en esa cantera incesante de talento llamada Silicon Valley, jóvenes emprendedores hallaron su nicho de mercado en las ‘puntocom’ y demás tecnologías derivadas del ámbito de la informática. Paradójicamente este movimiento encontró más de una piedra en el camino en el que fue gestada, y de Estados Unidos se trasladó a Europa, que supo interiorizar el concepto y de paso creó su propia imagen de marca gracias a la experiencia que las fundaciones y ONGs otorgaban. Una integración que dio réditos entonces y que a día de hoy aún los da.

 

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